“Del vino me encargo yo”

Muchas veces creemos que por haber encontrado el vino acorde a nuestro paladar nos convierte en eruditos en el materia y nos da la facultad suficiente para ser los responsables de la elección del vino en una reunión.
La frase “del vino me encargo yo”, puede sumergirnos en un enorme conflicto determinado por un gran interrogante “¿y ahora que vino llevo?”.
A la hora de elegir el vino ideal para una reunión los factores a tener en cuenta pueden variar mucho de los que usamos para la elección de nuestro vino “de cabecera”.
Lo primero que debemos tener en cuenta es la cantidad de personas con las que vamos a compartirlo. No es lo mismo que sean una o dos de las cuales podamos conocer sus gustos a que el número sea mayor. Por lo general los vinos malbec son los más aceptados por la mayoría de las personas. Sus aromas agradables y su entrada suave al paladar lo convierten en casi un “comodín” para agasajar al grupo. Otras cepas pueden resultar agresivas al paladar de quienes no acostumbran a tutearse con el vino.
Otro factor que se destaca es el valor de la botella. No siempre un vino caro es apreciado por todos. Excedernos en el precio a pagar puede generarnos incomodidad ante el trato de otros para con el mismo.
Por último no debemos olvidarnos de anotar algunos detalles de la reunión. El menú, el horario , y el género de nuestros acompañantes pueden brindarnos t
ips fundamentales para nuestra elección.
Antes de decir “del vino me encargo yo” tenemos que pensar si estamos dispuestos a tomar los riesgos de la responsabilidad que eso conlleva.


Por Bruno Zani

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