Por generaciones el vino ha acompañado
las reuniones familiares y los encuentros con amigos. Pero también
el vino ha sido fiel testigo de las relaciones íntimas entre el
hombre y la mujer. Nunca falta esa copa de vino que acompañara la
velada. Somos consientes que un buen vino podrá desplegar sus aromas
y perfumar el “ambiente”, además de “humedecer” las bocas
que soltaran infinidad de palabras mientras se preparan para el beso
que encienda la pasión.
Todo esto esta “impreso” en nuestra
mente y en ese libro imaginario de todo lo que debo hacer para crear
un momento único con la otra persona, para lograr esa conexión que
deseamos. Pero ¿Porque el vino logra esto? ¿Que propiedades tiene
para ser elegido por muchos como ese compañero silencioso que nos
“sopla” como debemos seguir?
En los últimos años se ha realizado
en la universidad de Florencia (Italia) un estudio en el que se ha
llegado a la conclusión que el vino se constituye como un
afrodisíaco para las mujeres. El estudio se baso en el testimonio de
800 mujeres italianas de entre 18 y 50 años de la región de
Chianti, en la Toscana.
Se dividió a las mujeres en tres
grupos según el consumo diario de vino. El primer grupo estaba
constituido por las que bebían entre una y dos copas. El segundo era
integrado por las que bebían menos de una copa y el tercero incluía
a las abstemias.
Las mujeres se sometieron a un
cuestionario de 19 preguntas, todas orientadas a medir el índice de
funciones sexuales femeninas. De acuerdo con las respuestas que se
obtuvieron, el grupo que presentó mayores índices de deseo fueron
las mujeres que tomaban entre una y dos copas de vino diarias.
La conclusión de los médicos fue que
hay una relación potencial entre la ingesta de vino
tinto y una mejor sexualidad. Los polifenoles y vitaminas que posee
el vino favorecen la circulación y la sensibilidad. Al aumentar el
flujo sanguíneo hacia áreas clave del cuerpo, las funciones
sexuales se ven favorecidas.
Más allá de este estudio, el vino es
una bebida que reduce la ansiedad y las inhibiciones. Nos ayuda a
armonizar nuestro momento romántico. Claro esta que los excesos no
son buenos. Pasarnos de copas puede provocar la pérdida de nuestro
sano juicio y hasta convertirse en un “somnífero” que acabará
con nuestros planes.
Comentarios
Publicar un comentario