La Hamburguesa tiene sus orígenes en
el picado de la carne que realizaban los mongoles y los turcos en el
siglo XVI. En ese entonces la carne de esa zona era muy dura y de
baja calidad. Por ese motivo las tribus originarias del lugar picaban
en tiras la carne del ganado. Así lograban que esta fuese más
comestible. Los tártaros, de origen ruso, son quienes llevan a
Alemania la receta de la carne picada. Ellos comían la carne cruda
condimentada con especias. Igualmente se tiene conocimiento de que
existe una receta más antigua de un plato similar a la hamburguesa,
que se usaban los egipcios y que consistía en un tipo de hamburguesa
elaborado con carne de res molida con piñones, sal y vino pasado en
el interior de un pan.
La palabra proviene de la ciudad de
Hamburgo, en Alemania, el puerto más grande de Europa en aquella
época. Los inmigrantes alemanes fueron quienes insertaron la receta
en los Estados Unidos sobre finales del siglo XIX.
Louis Lassen, chef de la ciudad
estadounidense de Connecticut, fue quien en 1895 realizó la primer
hamburguesa sobre la base de la receta que le habían dado en el
puerto de Hamburgo.
Son varios quienes reclaman ser los
creadores de la hamburguesa. Si bien los orígenes de la carne picada
y de la unión de la misma no se producen en Estados Unidos, la
hamburguesa tal cual la conocemos hoy en día ha tomado forma en el
país americano. Igualmente hay otros compatriotas que le debaten el
título de creador de la hamburguesa a Louis Lassen. Uno de ellos es
Charlie Nagreen, que en 1885 y a los 15 años de edad trabajaba en un
puesto de comida de la Feria Estatal. Los clientes deseaban poder
caminar y pasear por la misma, pero a la vez comer. A Nagreen se le
ocurrió colocar la carne entre dos rodajas de pan y así solucionar
el problema de los clientes con la llamada Hamburguesa. Como en
varios casos de invenciones resonantes, a lo largo de la historia van
apareciendo otros personajes que desean adjudicarse la idea.
La primer cadena de hamburguesas del
mundo fue fundada en Wichita (Kansas) con el nombre de White Castle,
en el año 1921 por el cocinero Walter A. Anderson y el corredor de
seguros E. W. Ingram. Como originalidad crearon la Pig Satand, que
suponía servir la hamburguesa sin la necesidad de que las personas
bajen de sus vehículos. Luego Dick y Ronald McDonald en el año de
1948, harían famosa esta modalidad con el AutoMac. A partir de allí
las hamburguesas han variado sus ingredientes o sus formas de
presentación en base a las ideas de las grandes cadenas de
hamburguesas, pero claro está manteniendo la idea original de la
carne entre dos panes.
Ingredientes:
- 1 kilo de carne picada
- 2 huevos crudos a temperatura ambiente.
- 1 cebolla roja pequeña cortada en cubitos muy pequeños.
- Pan rallado en cantidad necesaria, dependiendo de la humedad de la carne y del tamaño de los huevos.
- Sal y pimienta al gusto.
Preparación:
Ponemos la carne en un recipiente y comenzamos a aplastarla con un
tenedor para desarmarla. Luego echamos los huevos uno por uno y los
mezclamos con la carne. Luego agregamos sal y pimienta a gusto.
Agregamos la cebolla picada bien fina para evitar sentirla demasiado
cuando comamos la hamburguesa. De a poco le vamos poniendo el pan
rallado para ir secando nuestra carne e ir uniéndola en una “masa”
hasta que la carne ya no se pegue en nuestras manos. Una vez logrado
esto tomamos trozos de la carne con pan rallado y hacemos pequeñas
bolitas, que luego iremos aplastando con nuestras manos para ir
dándole la forma de hamburguesa. Luego las ponemos en una sartén o
en una bifera con un poquito de aceite a fuego medio. Habrá que
voltearlas una vez cocido uno de los lados, para que el otro también
tenga la cocción adecuada.
Solo nos queda agregarle rodajas de tomate, huevo frito, queso y
jamón en fetas o lo que querrámos agregarle y poner nuestra
hamburguesa entre dos panes.
Maridaje:
Si bien el vino no es el maridaje ideal
para este tipo de platos con alto contenido de grasas, nuestra tarea
es recomendar un vino que pueda adecuarse al mismo.
Como dijimos el alto contenido en
grasas hará que nuestra elección del vino quede restringida al vino
tinto, el único que podrá “contrarrestar” esto. Un cabernet
joven podría ser nuestra solución para el maridaje con este tipo de
comidas.
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