OPINIÓN. Nuevos desafíos, nuevos gustos.

En la actualidad existen un gran número de marcas comerciales de vino. A diferencia de lo que les pasaba a las personas de tiempos anteriores, las de ahora pueden elegir vino con un amplio “abanico” de opciones. Claro esta que esta cantidad enorme de posibles decisiones complican aún más nuestra tarea de elección. Pero si hay algo que nos caracteriza a los seres humanos es nuestra constante búsqueda de nuevos desafíos, de probar gustos exóticos o desconocidos para nuestro paladar. Por este motivo creo que el número de opciones no se quedará estancado, y las bodegas continuarán con su interminable tarea de conformar al cliente.
Los enólogos se seguirán esforzando por lograr nuevos cortes para el mercado. Buscarán el porcentaje ideal de cada cepa para lograr blends interesantes, buscarán mayor o menor tiempo en barricas, le darán a la uva nuevos tratos o “caricias” para que los varietales sigan atrayendo.
Si bien todavía quedan muchas personas que defienden “su etiqueta”, el tiempo sigue corriendo. Los nombres fuertes del ayer no son los de hoy. Los nuevos superan a los viejos. Los que desean mantenerse en en tiempo destacan su historia, refuerzan el presente y se especializan de cara al futuro. A mi entender; una buena bodega no es la que atrae por su fama de antaño, sino la que crece y se supera. Una buena bodega es la que logra captar nuevos adeptos, la que gusta a quienes lo conocen desde siempre y también a quienes se incorporaron recientemente a su staff de clientes.
En la vida humana donde uno busca una pareja estable, uno quiere una familia para toda la vida. Sin embargo con el vino sucede algo diferente. Esta permitida “la aventura” con más de una. Cada botella de vino nos producirá una sensación diferente, y eso es lo interesante. Si no nos agrada dejaremos de frecuentarla, pero sin dejar de probarla en nuevas cosechas. En cambio si nos agrada la mantendremos cerca, pero no dejando de probar otras opciones.
El mundo del vino es maravilloso, nos desafiá constantemente, nos “marca” en cada trago de forma diferente, nos invita a conocer nuevos sabores, nos atrapa con olores conocidos en el pasado y por conocer en el futuro. 

Bruno Zani

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